jueves, 5 de marzo de 2015

SINOPSIS 2º DIA TRIDUO AL STMO. CRISTO DE LA FE

 
En este segundo día del Triduo al Santísimo Cristo de la Fe, el predicador, Don José Antonio Omist, Vicario Episcopal para el Testimonio de la Fe, comenzó haciendo una referencia al contenido del Evangelio, en el que el Señor nos indica: “Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre”. (Mt 7, 7-8).
A partir de este texto reflexiona sobre nuestro pensamiento cuando pedimos y no recibimos, buscamos y no encontramos, cuando pedimos entrar y no nos abren nos preguntamos: “¿Por qué será?”
Ante esta situación, expresamos nuestra confianza en Dios cuando nos preguntamos por qué si no recibimos, llamamos, no nos abren,... será que no pedimos con confianza.
La confianza no es el criterio único para recibir lo que pedimos y eso nos lleva a cuestionarnos si, de verdad, creemos conocer lo que necesitamos. Es verdad que pedimos en función de proyectos, deseos, de lo que nos conviene, pero ¿pedimos lo que conviene según la voluntad de Dios en ese momento? “Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden!” (Mt 7, 9-11).
Buscamos nuestra propia historia en Dios, que es la historia marcada por Dios pensando que mi vida no será lo que yo desee sino por lo que Dios quiere.
Mi vida no puede regirse por mi voluntad sino por la del Padre que me quiere bien. Debemos de practicar esa fe que me va a hacer que yo incorpore a Dios en mi vida sabiendo que lo que debe de ocurrir es que esa vida mía tenga cabida en el proyecto de Dios. Mi interés no es para mi si no conviene por lo que Dios tiene para mi vida.
Y ¿cómo es esta situación en la realidad? Contestamos a esta pregunta abriéndonos al hombre, cuando el otro abra su corazón hacia mí. Entonces se cumplirá la irrupción del amor de Dios que, a través de mí, se va a ir instaurando en medio de nuestra cultura. El amor de Dios es la única razón de nuestra existencia. Sólo se nos abrirán las puertas que Dios nos tenga preparadas. Debemos buscar las puertas por donde podamos encontrar la voluntad de Dios. En ese caso, el Espíritu abrirá nuestras vidas para que podamos encontrar la voluntad de Dios. “Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre”. (Mt 7, 7-8).
Termina la predicación pidiendo a la Asamblea que seamos testigos de Dios en esta sociedad que tanto lo necesita.

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