jueves, 5 de marzo de 2015

SINOPSIS 1º DIA TRIDUO AL STMO. CRISTO DE LA FE

    Durante la semana pasada celebramos Triduo en honor a nuestro Sagrado Titular el Santísimo Cristo de la Fe oficiado por el Vicario Episcopal para el Testimonio de la Fe y Párroco de la Iglesia de San Sebastián.

 
La predicación del Sr. Vicario para el Testimonio de la Fe, D. José Antonio Omist, en este primer día del Triduo a nuestro Santísimo Cristo de la Fe, ha girado en torno a la idea de que nuestra conversión es una necesidad urgente y, especialmente, en este tiempo de Cuaresma, tiempo de salvación, para un hombre con posibilidades pero que no las aprovecha. Es el ejemplo de la actitud de los ninivítas, la cual denuncia Jonás, que no se esfuerzan para expresar su conversión.
Se pregunta el predicador:”¿Qué es la conversión para nosotros?” Debe suponer un cambio de actitudes, de comportamientos. Pero las decisiones que tomemos, si no llegan al corazón, quedan vacías.
Jonás manda que nadie se vista con brocados; que vistan de saco, simplemente para aplacar la ira de Dios, que la aplaca con la muerte de Jesús, con la redención que debemos hacerla en nosotros, buscando con ella un camino para participar del regalo del Padre. Por eso, guarda los actos en tu corazón, que hacen posible que nosotros demos frutos que salen de la buena tierra.
Convertirse es abrir las puertas de nuestro corazón a Dios, una puerta que si no se abre, no tiene razón de ser.
La fe es una realidad que nos hace creer en una fuente de vida.
Pone un ejemplo muy gráfico comentando que, como un criatura está unida a su madre por el cordón umbilical hasta que nace, así nosotros estamos unidos a Dios, afirmando que, según vayamos a gestionar ese tiempo, llegaremos a un mundo que Dios nos regala con la muerte de su Hijo.
Jonás habla a su pueblo y hasta el rey se convierte.
¿No es razón suficiente nuestra fe para transformar nuestras vidas, nuestro mundo, para que seamos capaces de defender, de vencer nuestros rencores, las cizañas, para que nuestra vida sea una vida plena? ¿Qué es el amor? La Cruz en la que está Quien nos salva y muere por amor.
Hace referencia a cómo es la generación de Jonás: ”Generación perversa, malvada”, llena de signos. Así de igual es la generación de Jesús, con la diferencia de que ya no hay más signos que la CRUZ, en la cual muere el Hijo de Dios para salvarnos.
Ése es el destino: amar a quien se ama. No es una conquista si no es del corazón que quiere llegar a todos.
Por eso, Nínive se convierte por la predicación de Jonás.
Termina dejando a la asamblea esta pregunta:
¿Podemos nosotros convertirnos con lo que nos dice la Iglesia, que busca la salvación del hombre?.

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